Las quemaduras están entre las lesiones más dolorosas que puede sufrir un ser humano. Las quemaduras severas pueden llegar a necesitar largos tratamientos que incluyen rehabilitación, injertos de piel y fisioterapia. Para evitar llegar a estas circunstancias los equipos contra incendios son indispensables en un momento de emergencia.
Dependiendo de la gravedad, se dividen en dos grupos: quemaduras menores y quemaduras mayores. Dentro del primer grupo están las quemaduras de primer grado en cualquier parte del cuerpo, y las de segundo grado de menos de 5 a 7 centímetros de ancho. Estas últimas afectan sólo la capa externa de la piel, causando dolor, enrojecimiento e hinchazón. Dentro del segundo grupo están las quemaduras de segundo grado o de espesor parcial, que afectan tanto la capa externa como subyacente de la piel. Estas quemaduras causan dolor, enrojecimiento, hinchazón y ampollas. También se encuentra en este grupo las quemaduras de tercer grado o de espesor total, las cuales afectan las capas profundas de la piel, causan piel blanquecina, oscura o quemada.
Las quemaduras graves necesitan atención médica inmediata, la misma que puede ayudar a prevenir cicatrización, discapacidad y deformaciones. Las quemaduras particularmente graves se ubican en manos, pies y genitales, ya que son las partes más sensibles del cuerpo.
Una persona puede sufrir más de un tipo de quemadura en el cuerpo al mismo tiempo, ya que la piel del ser humano es más gruesa en algunas zonas, lo que hace que tenga mayor resistencia. Asimismo, los niños menores de 4 años y los adultos de más de 60, tienen una mayor probabilidad de presentar complicaciones y muerte a causa de quemaduras graves, debido a que su piel tiende a ser más delgada.
En conclusión, una quemadura producto de un incendio puede ser muy grave para el ser humano, por ese motivo se debe tener en cuenta que los equipos contra incendios estén siempre presentes en lugares estratégicos y en buen estado para su efectivo funcionamiento.